ESTRATEGIA DIDACTICA
RELATO O NARRACION
TEMA:
LOS ADJETIVOS
PELEA DE PALABRAS
Cuenta la historia que hace muchos, pero muchos años
atrás, en un formidable bosque una pequeña población de palabras había
establecido un hermoso pedazo de paraíso llamado “los adjetivos”, fue bautizado así, porque
todos sus habitantes pertenecían a una gran familia llamada de la misma forma,
en este lugar vivía doña Hermosa Adjetivo, don honesto adjetivo y también doña
Chismosa Adjetivo, todos eran muy felices en su pueblo, pues pasaban sus tardes
recogiendo frutas, flores y hablando de lo maravillosa que era su vida, hasta
que un terrible día la desgracia llego a cada uno de sus hogares, cabalgando
por sus caminos apareció el gran Don Márquez Dante Sustantivo, acompañado por
su ejército de sustantivos, quienes llegaron a despojar de todos sus bienes a
los indefensos adjetivences, los adjetivos eran palabras muy nobles así que prefirieron
ceder sin oponer mucha resistencia y así evitar derramar sangre inocente, así
uno a uno fueron despojados de lo que con tanto esfuerzo y sacrificio habían
conseguido. No contento con quitarles sus pertenencias el infame Márquez,
decidió expulsarlos de sus propias tierras, para poder construir ahí, un gran
castillo para él y su odiosa esposa Doña Devora de Sustantivo.
Fue de esta manera como los adjetivos perdieron todo
lo que tanto amaban en unos pocos días, pero lo que más les dolía era haber
perdido su hogar… pasaron varios días vagando en el bosque hasta llegar a un
sitio árido donde tuvieron que empezar de nuevo. El jefe de todos con gran ira
les dijo: -¡No se preocupen ni estén tristes por lo que hemos perdido, pues
algún día volveremos a nuestro hogar y todo será como antes, cueste lo que nos
cuente!. A sus palabras todos dieron un gran grito; pues estaban llenos de
rencor hacia la persona que les había arrebatado todo.
Los días, los meces y los años pasaron y una nueva
generación había nacido, todos ellos llenos de rencor y remordimiento, pensando
en cómo sería de diferentes sus vidas si estuvieran en aquel paraíso, todos
menos uno, el hijo de doña Hermosa Adjetivo, perseverante era su nombre, él
pensaba que tanta ira no los iba a llevar a nada bueno. Y tenía toda la razón.
En la anterior semana había fallecido el jefe y su
joven hijo Vengativo lo había relevado de su mandato, este era un joven muy
temperamental, quien había jurado acabar con el gran Márquez Don Dante y con
todo su ejército. Para lo cual empezó a reclutar a los adjetivos jóvenes y
viejos de sexo masculino para unirlos al ejército que el comandaría, los
adjetivos numerales, que se convertirían en una máquina de destrucción.
Las palabras
pertenecientes a este equipo habían cambiado sus nombres por nombres militares
como: primero, segundo, tercero…Fue solo cuestión de días y el ejército estuvo
armado, entonces Vengativo también estuvo listo para atacar.
El tiempo para la guerra había llegado. Al día
siguiente se encaminaron los adjetivos de sexo masculino hacia el que había
sido su hogar, reclamando lo que por derecho les pertenecía, encabezando la
línea, Vengativo, quien alentaba a todos. Mientras tanto las mujeres y niños se
despedían entre llantos esperando volver a ver a sus padres y esposos.
Al partir todos estaban cargados de ira y rencor,
sentimientos que ni siquiera les permitía pensar en lo que podría suceder, al
estar tan inmersos en sus pensamientos, no se dieron cuenta que a la entrada
los estaban esperando los sustantivos listos para peliar. Lo que sucedió luego
fue toda una tragedia en el mundo de las palabras, aquí y allá se esparcían
letras, palabras heridas, buscaban refugio y ayuda; pero solo encontraban el
final de su significado. Muchas palabras murieron ese día, entre ellos
Vengativo y el líder de los sustantivos, así que fueron pocos, los que pudieron
regresar a su hogar.
Ese día todos entendieron que debían dejar de cargar
con tanto odio en su corazón, pues ese sentimiento solo los había llevado a
perder nuevamente algo que amaban. Y aunque les tomo mucho tiempo, los
adjetivos aprendieron a perdonar y a perdonarse ellos mismos. Tan decididos
estaban a perdonar que crearon una comisión para hablar de paz con los
sustantivos y encabeza de ella, Perseverante, quien siempre creyó que la
solución no era la guerra.
Desde ese tiempo tanto sustantivos como adjetivos
aprendieron a vivir en armonía y a ayudarse en lo que necesitaran, tanto así,
que ahora es muy raro ver un sustantivo sin un adjetivo que lo acompañe.
FIN
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